"Con un vacìo en el alma".
El ave canta en la rama y allá en el charco la rana,
yo paseo con mi hermana contemplando la retama.
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Suena la rima en mi mente, como suenan los tambores,
y se mezclan los sabores, sin pasión, constantemente,
solo rimas simplemente, que no emiten sentimiento,
solo el eterno lamento de penas y sinsabores.
Con mis cabellos nevados hoy me encuentro en esta esquina
donde la suerte mezquina guarda sueños olvidados
donde los duendes alados solo nombran a la muerte
donde se echan a la suerte la inoperancia y la inquina.
No puedo escribirle al amor, pues no rima con ausencia,
puedo hablar de subsistencia, aunque no rime con temor,
no puedo escribirle al calor, mientras el frío me envuelve,
pues el corazón se vuelve, una roca sin esencia.
Supe estar enamorado, supe escribirle a las rosas,
escribí de tantas cosas, que de muchas me he olvidado,
hoy siento como un candado, en el medio de mi pecho
por tanto ensueño deshecho, y yertas mis mariposas.
Quizás llegue a enamorarme antes que llegue la muerte
ojala, cambie mi suerte y aunque sea, ilusionarme
así podría encontrarme con las musas en mi pluma
sin sentir como se esfuma mi desazón, por perderte...
Julio Madriaga
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